jueves, 26 de abril de 2018

Videovigilancia

Hoy el profesor nos ha propuesto una tarea nueva. Se trata de dar una vuelta por todo el campus universitario para identificar dónde hay cámaras de vigilancia.

Para ello hemos utilizado el Google maps. Pondremos en el mapa del campus puntos destacados dónde se encuentren las cámaras. Y posteriormente pondremos una fotografía de la cámara. 

Después de dar el paseo nos dimos cuenta de que convivíamos con bastantes cámaras sin darnos cuenta. Que controlaban las horas de entrada y salida de las universidades y las aulas donde había material tecnológico, como las aulas de informática.

Esta reflexión la han compartido varias personas a la lo largo de su vida. Sin embargo, algunos grupos han decidido realizar acciones desidentes y activistas contra la videovigilancia. Uno de ellos, SCP (Surveillance Camera Players), se a dedicado desde 1996 a 2006 a realizar performances delante de las cámaras de vigilancia en la cuidad de New York como forma de protesta.
Se dedicaban simplemente a situarse en frente de alguna cámara y mostrar carteles contando una historia o transmitiendo una información. Esto molestaba e incomodada y muchas veces llamaban a la policía. Cuando esto ocurría decidían terminar con la actuación e irse pacíficamente.



Todo esto me hace replantearme si todas estas cámaras son realmente necesarias o no. Para mí algunas tienen una función clara; proteger algún material importante como puede ser en el caso de las cámaras que se encuentran en las aulas de informatica, en los cajeros, o en lugares conflictivos. Sin embargo muchas otras no. Normalmente no nos fijamos en todas las cámaras que nos graban a diario, por lo que mediante este ejercicio y esta reflexión he sido mucho más consciente de algunas de ellas. 

Por lo que, tomando como referencia a SCP el profesor nos propuso realizar una performance en la cámara del campus universitario que más nos incomodara. Elegimos una de las cámaras que se encuentran en la entrada de la facultad donde estudiamos. Este fue el resultado.



Decidimos hacerla en esta cámara puesto que no solamente graba la entrada, graba toda la acera desde la esquina en la que grabamos hasta el otro lado de la facultad donde hay otra. Por lo que no solo graba quien entra o sale de la facultad, también captura a las personas que pasen por esa calle pública. Puedo entender que controlen quien entra o sale del edificio, pero la idea de que se graben muchos de mis pasos o mi recorrido diario no me agrada. 

La experiencia fue muy divertida, contamos el cuento de Elmer un elefante distinto a los demás. Quisimos contar este cuento para relacionar un poco más los contenidos del K4 con este taller de ciudadanía digital. Os animo a que reflexionéis y os paréis a observar con cuantas cámaras nos cruzamos en el recorrido del día a día. ¿Realmente son todas necesarias? ;)

miércoles, 25 de abril de 2018

Why privacity matters?

Esta semana hemos visto en clase un vídeo que me ha resultado muy interesante.  Se trata de una charla de Glenn Greenwald, está en inglés pero mediante los subtitulos podemos entenderlo perfectamente.


Se titula "Why privacity matters?" tiene relación con los contenidos que hemos ido trabajando durante todo este taller.

Glenn comienza diciendo que la gente piensa que hay dos tipos de personas las buenas, que no tienen nada que esconder y a las que no les tienen que importar que les vigilen. Y las personas malas, que tienen aspectos que esconder, como los ladrones, los terroristas o las mafias. esta idea es totalmente falsa, todas las personas precisamos de nuestro espacio personal e íntimo. Gozamos de él en nuestro día a día como al ir al baño o asearnos. Y en nuestra cotidianidad encontramos elementos que hacen que nuestra privacidad sea posible, como las puertas, las cortinas y los pestillos o cerrojos.Es por esta razón por la que Glenn afirma que la gente que dice que la privacidad no es importante no lo creen.

Esta idea de que las personas que esconden algo son malas personas, alimenta la famosa política del miedo, que dice que la vigilancia te modela y te limita. Son muchos los estudios en los que se demuestran que todos los seres humanos actuamos diferente dependiendo de si sabemos que no están observando o no. Es por ello por lo que la política del miedo funciona a la perfección para mantener unas limitaciones y unas normas. Todos tenemos secretos privados, cosas que sólo decimos al médico, abogado, o esposa. Tenemos espacios privados y cambiamos nuestro comportamiento cuando sabemos que nos observan, por la vergüenza humana. Cuando nos observan tenemos en cuenta las expectativas de los demás y no nuestro propio impulso.

Relacionado con algunos conceptos vistos en otras asignaturas de la carrera se mencionó el elemento panóptico. Un tipo de vigilancia que garantiza el éxito. Se utilizó por primera vez para controlar a los presos de una cárcel. Se construyó una torre alta en medio de la cárcel para observarles constantemente. El exito de la vigilancia estuvo en que los presos no sabian en qué momentos les vigilaban y cuales no. Por lo que tenian que asumir que estaban siendo controlados constantemente.


Esta estrategia no nos resulta tan extraña pues es lo que actualmente está haciendo Facebook. Posteamos cada cosa que hacemos, nuestros datos, nuestra información personal, nuestra ubicación y nuestra conexión. Damos infinidad de información que Facebook utiliza constantemente para la manipulación. Si buscas comprarte una bicicleta, quedará registrado y pronto tendrás una retaila de anuncios de bicicletas en tu perfil. Esto, es lucrativo, es decir, tanto Facebook como miles de empresas digitales utilizan la recopilación de información como fuente de ingresos económicos. Venden nuestros datos a empresas que pagan verdedaros dinerales por ellos.



Glenn también relata algunos comentarios del famoso creador de Facebook, Mark Zuckerberg, el cual dijo que la privacidad ya no era una normal social, es decir, que la sociedad había dejado de lado la privacidad y que no era algo que nos importara. Sin embargo, el mismo se compró una casa en un lugar apartado para mantener su vida privada. No conforme con eso también se hizo con las casas de alrededor para tener seguro su espacio privado.

no valoramos la privacidad.

EL que no se mueve no nota las cadenas. No notamos las cadenas y pensamos que somos libres pero cantidad de nuestros movimientos quedan registrados.

¿Porque no sentimos el control online igual que si nos controlaran de forma física? La respuesta es que pensamos que somos los responsables de nuestros datos, pero esto no puede distar más de la realidad. Dejan de ser nuestros en cuanto los colgamos en la red. En numerosas ocasiones hemos oido la frase "lo que se cuelga en internet queda ahí para siempre" pero no llega a importarnos. Al igual que decía Glenn en la charla pienso que no valoramos nuestra privacidad.

Despues de ver el video en el aula y en relación a borrar lo que colgamos reflexionamos sobre el limite de lo que borrar o lo que no. Algunos compañeros creian necesario establecer un limite en cuanto a qué tipo de contenido publicar en nuestras redes sociales. Es decir, estaban de acuerdo en que las redes sociales tuvieran una politica en cuanto a que partes del cuerpo humano se pueden publicar, que temas hablar o que tipo de ideologia defender. Ya que, argumentaban que por ejemplo en instagram las publicaciones de perfiles públicos salen en una pestaña de forma aleatoria, en función de tus likes y de los de las personas a las que sigues. Mi opinión es que esa restricción debería de eliminarse cuando se tratara de un perfil privado. Los cuales solamente pueden verlos las personas que los siguen.

También se comparó a internet, como elemento panoptico, con lo que antiguamente suponía Dios. Condicionaban mediante la biblia y la religión la conducta humana. Establecían lo que era correcto y lo que no. Si hacías el bien Dios, que lo ve todo, te premiaría con el cielo después de la muerte. Por el contrario, si hacías el mal, Dios lo vería y te castigaría con el infierno después de la muerte. Este condicionamiento y vigilancia constante es lo que ahora se da mediante Google.

Por último para las personas que continuen pensando que no se controla mediante las tecnologías online, propongo la siguiente reflexión. Sino eres objeto de investigación que te parece que...
1. monitoricen tus llamadas
2.lean tus correos y vean las fotos adjuntas
3.Observen tus búsquedas en internet
Porque esto es lo que está ocurriendo constantemente.

domingo, 22 de abril de 2018

"La ilusión de una vida sin internet"

Como nueva propuesta tarea para seguir trabajando el taller de ciudadanía digital, y en relación con el programa de Conectados de hace dos entradas, traigo un nuevo artículo sobre el derecho a desconectar. El artículo está publicado el 24 de febrero de 2017, en el periódico El País.


En él, el autor EVGENY MOROZOV, comienza hablando sobre el derecho a desconectar. Un nuevo concepto que está surgiendo en numerosos países a consecuencia, principalmente, de los abusos laborales fuera del horario de trabajo. Un derecho que se trata de poder no responder a las llamadas o los correos de tu jefe sin tener consecuencias negativas en el trabajo. 

El autor nombra varios países donde este derecho ya se a convertido en una ley, pero ¿Cómo es la realidad? ¿Se cumple la ley en el día a día de los trabajadores? En mi opinión no. Todos hemos tratado de dar una buena imagen de buenos trabajadores en nuestros puestos labores, para ello hemos estado dispuestos a dar todo lo que podíamos aportar, aun sabiendo que a menudo el trabajo que estábamos desempeñando no correspondía con el puesto descrito en contrato. Esto ha pasado al siguiente nivel, en el que el empleado se encuentra constantemente a disposición del jefe, aun cuando termina su jornada. Con tan solo 21 años, y no mucha experiencia laboral yo misma me e visto en esta situación. E, innegablemente, es muy frustante y agotador.

Por esta razón estoy a favor de este derecho. Estoy a favor de eliminar los miedos y las inseguridades con las que cargamos todos los trabajadores, para que nadie se aproveche de nadie y consigamos unas buenas condiciones de trabajo. Por un lado, las jefas y jefes deberían reflexionar acerca del trato que se les da a los y las trabajadores de su empresa, para que lo hicieran en las mejores condiciones. Por otro lado, los y las trabajadoras deberíamos dejar los miedos de ser sustituidos o despedidos por cualquier razón y luchar por encontrarnos bien trabajando.

En el artículo también se habla del derecho a desconectar en vez de como un derecho como un servicio. Es decir, nos encontramos en una situación de agobio y estrés constante por lo que la industria aprovecha estos sentimientos para vendernos la relajación. Algo tan básico como la desconexión se a convertido en un negocio.

 Hoy en día contamos con miles de aplicaciones de mindfulness, que prometen conseguirte una vida sin ansiedad, cursos para aprender a respirar pausadamente, actividades relajantes e incluso campamentos para desconectar. No es difícil llegar a pensar que existe una reinterpretación muy perversa del descanso y el tiempo libre del que antiguamente gozábamos. El capitalismo ofrece numerosas alternativas para que optes pagando a lo que antes tenias sin pagar. Y somos nosotros los que caemos en este negocio absurdo, como en muchos otros.

A modo de reflexión personal, considero que vivimos en un mundo absolutamente capitalista y materialista en el que los sentimientos de las personas pasan a un segundo, o incluso, a un tercer plano. Solo nos importa seguir en el rebaño, sin informarnos o recapacitar sobre lo que estamos haciendo. Actualmente ocurre con las redes sociales y la enorme cantidad de datos que colgamos y regalamos en Internet sin pensárnoslo dos veces. Simplemente, para seguir la moda. "No si hoy en día todo el mundo lo hace y no pasa nada". Frases como esta se escuchan a diario, mayormente en los jóvenes, pero cada vez más en adultos. Y no hacen más que caer en la absurdez del ser humano, todos estos datos quedan recogidos en bases enormes y posteriormente vendidos y analizados para la próxima campaña de Coca-cola o del Mc Donalds.

El derecho a desconectar lo podemos crear nosotros, haciendo un uso responsable de la tecnología y la conexión. Pero, para ello es necesario que seamos conscientes de en que punto nos encontramos y qué podemos hacer nosotros para conseguir ese equilibrio entre las ventajas y las desventajas de internet.

Por último, os invito a leer este otro artículo, que nos enseña la otra cara de la moneda. Existe la vida offline en pleno siglo XXI.

miércoles, 18 de abril de 2018

Situaciones on-line y situaciones off-line

Siguiendo con el taller de ciudadanía digital el profesor nos ha invitado a pensar en tres situaciones que estemos on-line y tres que estemos off-line, de nuestra vida diaria. 
Con situaciones on-line nos referimos a momentos en los que hagas usos de aparatos tecnológicos, utilices internet o estés pendiente de ellos. Y con las off-line a cuando no haya ninguna clase de tecnología con las que podamos mantener el contacto. 

En cuanto propusieron esta actividad me puse a repasar mi día a día y en seguida me vinieron actividades que hago online y offline. Como expuse en la entrada anterior, soy una chica que utilizo mucho el teléfono móvil y el ordenador. Sobre todo en mi rutina diaria. Sin embargo, son bastantes los momentos en los que dejo todo esto de lado y simplemente disfruto de la vida real. 

Esta reflexión me parece muy interesante para ser más conscientes de cuando y en qué momentos estamos conectados. Por lo que repasaré mi rutina diaria para averiguarlo. 

Todos los días de mi rutina comienzan con el despertador. Es decir, la alarma del móvil. Lo apago y voy al baño, me preparo, cojo las cosas para ir a la universidad y me voy al metro. El camino que hago desde mi casa hasta la universidad es muy largo, aprovecho el momento que voy en el metro para mirar mis redes sociales y darle los buenos días a mi novio, unos 30 minutos. Después cojo un autobús desde Bilbao a Vitoria, en el que me pongo a dormir la hora y cuarto que tarda, escuchando música con el móvil.

Cuando estoy en clase, utilizamos mucho las tecnologías. En el aula tenemos una pantalla, con la que la mayoría de clases trabajamos, aunque ya todas tengamos impresos los apuntes. Entre clases, somos la mayoría los que aprovechamos para revisar el teléfono, o simplemente mirar instragram por entretenimiento.

Al salir de clase, de nuevo cojo el autobús, en el que me vuelvo a dormir, y el metro, donde aprovecho para adelantar algún trabajo de la universidad. Cuando llego a casa, como con mi padre mientras charlamos. Pero si llego más tarde, como sola viendo algún video en YouTube con el móvil. Por la tarde voy dos horas y media al euskaltegi, aunque llevo el teléfono rara vez lo saco del bolso, aprendemos y charlamos todos juntos. Y el único aparato tecnológico que utilizamos es de vez en cuando un radiocaset para hacer algún entzumena.

 Después voy a trabajar, doy clases particulares a niñas y niños de educación primaria y ESO. Algunas de las niñas utilizan el ordenador portátil como soporte en el aula. Sin embargo, durante nuestras clases no solemos utilizarlo.



Una vez que salgo de trabajar voy hacia mi casa y después de darme una ducha, ceno en la cama viendo videos de YouTube con el ordenador o el móvil. Al cabo de un rato pongo de nuevo la alarma para el dia siguiente y a dormir.


Sin embargo, cuando llega el fin de semana comienza mi vida personal. Paso los findes en una casa con mi pareja donde no hay conexión a internet. Por esa razón no estoy casi pendiente del teléfono. Normalmente nos despertamos y desayunamos viendo la tele, después de un rato comenzamos a limpiar la casa escuchando música en los altavoces, mas tarde me pongo a realizar cosas de la universidad, como leer apuntes o artículos. Comemos con nuestra familia todos juntos, mientras charlamos.














Después, mi pareja y yo nos vamos con nuestro perro al monte, a la playa o hacer cualquier otra actividad, en la que no llevamos los móviles ni nada tecnológico. Es en el finde semana cuando quedamos con nuestros amigos y organizamos tardes de risas y juegos. Por la noche nos ponemos una película en plusdede o vemos equipo de investigación en la televisión.










Con todo este repaso de mi vida, extraigo varias situaciones online. En la universidad, en el metro y antes de dormirme. Las situaciones offline que extraigo son, las comidas y cenas con mi familia o mis amigos, cuando estudio o leo, y cuando voy a sacar a mi perro con mi pareja.


martes, 10 de abril de 2018

Programa "conectados"

Una nueva semana da comienzo y con ella, un nuevo taller. El de ciudadanía digital.

La primera tarea que hemos realizado ha sido ver un programa de Jordi Evole, "Conectados". El que trata de la dependencia que tenemos a ls nuevas tecnologías.

Este empieza con una terapia para desengacharnos de las redes sociales. Se ve a un grupo de adolescentes que han decidido, algunos por voltudad de sus padres y otros por la duya propia, asistir a esta terapia para desconectar. El profesional que la lleva cuenta cómo ha tenido que quitar el smartphone a todos ellos para que dejaran de comprobar sus teléfonos constantemente. Indica que ante esta situación son varios los que de sienten frustrados y rabiosos. Llegando incluso a tener conductas agresivas. Esto ha sido algo que me ha llamado especialmente la atención. Y, me hsn surgido varias preguntas que iré compartiendo a lo largo de todo el post. ¿Hasta qué nivel estamos enganchados a las redes sociales? ¿Cuándo podemos decir que somos adictos? ¿Somos conscientes de la adicción que tenemos?

Después, ha aparecido un hombre, que contaba du experiencia con las redes sociales y la disponibilidad constante. Afirmaba que habia estado muy enganchado, hasta el punto de llegar a dejar de lado todas sus responsabilidades por estar con su smartphone. Explica que ha sido muy difícil para él dejar esta adicción, sobre todo cuando es algo que está tan normalizado. Y termina diciendo que controlar esa uso responsable del movil será siempre una batalla para él. Por lo que yo me cuestiono lo siguiente. ¿El estar siempre tan disponibles nos quita de atender a nuestras responsabilidades? ¿Tenemos problemas por hacer un uso excesivo del movil? Es decir, ¿dejamos de lado lo que haciamos normalmente para estar conectados?

Durante el programa han aparecido varias personas anónimas que han coincido con la grabación como un hombre que estaba tomando un cafe en una cafetería. El cusl decia que por su trabajo estaba todo el día en redes sociales y admitia que tenia mucha adicción. Después una mujer por la calle afirmaba que la comunicación que establece diariamente con su marido es a traves de WhatsApp, aun estando en la misma casa. Y que lo hacia todo con su movil. Un grupo de padres y madres de niños y niñas de entre 8 y 12 años ha afirmado que la utilización de los moviles es algo que se esta trasmitiendo de padres y madres a los hijos cuando les dejan sus propios smartphones para que "no molesten". Uno de ellos afirma que desde los ultimos cursos de primaria los niños y niñas ya utilizan su propio movil. Son muchísimos los ejemplos que nos encontramos de esta situación por lo que me planteo ¿es un problema social, o individual? ¿Con qué edad sería adecuado dar un movil a una niña o un niño? ¿Podemos hacer algo como docentes en esta Situación?

También aparece un señor experto, para explicar lo alarmante de esta situación y lo grave que es. Nos define con el concepto de personas solitarias que estamos en contacto constante. Expone que nos encontramos conectados en todo momento, sin embargo, ninguna de esas conexiones es lo suficientemente profunda como para romper nuestra soledad. Pero al mismo tiempo no sufrimos porque tenemos esa posibilidad de conectarnos en cualquier momento. En su opinión con esta circunstancia hemos perdido habilidades sociales, pero muchos jóvenes no son conscientes. Comparte una reflexión que me a gustado especialmente. Dice que lo que quiere trasmitir al mundo es que con el internet surgen oportunidades que antes ni imaginabamos pero también se pierden cosas. Lo que debemos hacer es ser conscientes de ambas y ponerlas en una balanza. Entonces es cuando comenzaremos a hacer un uso responsable de estas tecnologías, siendo conscientes. Termina con la reflexion de que las redes sociales nos enganchan tanto porque todos los seres humanos tenemos miedo a quedarnos solos. Y esta conexión constante nos asegura que siempre habrá alguien quien nos escuche o al que escuchar, o leer.
¿Entramos en las redes sociales cuando nos sentimos solos? ¿El uso de estas redes y este tipo de contacto hace que perdamos habilidades sociales? ¿Somos conscientes de esa balanza y de lo que perdemos?

Para terminar me gustaria compartir mi opinión al respecto y mi reflexión sobre mi experiencia personal con este mundo online, respondiendo así a las cuestiones que he ido realizando. Considero que utilizo mucho las redes sociales en mi día día, como método de desconexion. Lo utilizo sobre todo cuándo estoy agobiada o aburrida. Sin embargo, cuando me encuentro con mi familia, amigos o mi pareja el movil queda en un segundo plano y no estoy pendiende de él. Por ello, creo que no tengo una adicción como tal ya que la mayoría del tiempo de mis findes no estoy casi con el móvil. Una cuestión que me parece esencial para saber si existe esa adicción es mirar si afecta en mis responsabilidades. A lo cual creo que no, no he notado ningun problema nuevo, ya que soy capaz de dejarlo de lado cuando tengo que hacer otras cosas. Pero si que supone a veces una distracción a la hora de irse a dormir. Considero que esta adicción es una adicción social, que a surgido a raiz de una mala utilización de la herramienta tan importante como es el internet. Por lo que creo que la solución debería ser social, trabajando desde la escula por supuesto demostrando y enseñando cómo hacer un consumo responsable de estos recursos. Pero si que creo que como madre, retrasaria más la edad de dar un movil a mi hijo y hija. Esperaria a una vez que vea que sean responsables y que hagan un buen uso de los elementos tecnológicos de casa, como el ordenador, la tablet o la televisión. Por último, si considero que el uso de estas tecnologías aumenta cuando estamos solos, sobre todo en mi caso, que paso mi dia a dia de rutina bastante ocupada y sola. Creo que es un metodo de mantener el contacto con tus amistades cuando por horarios o ocupaciones no es posible. Para mi, es un respiro del estres de mi rutina. Pero aun así, considero que en mi balanza pesa más las relaciones cara a cara que las relaciones online. Ya que me siento mas libre y mas a gusto cuando me comunico en persona que por las redes.

Pero, ¿Y a ti? ¿Qué te pesa más?

E-Portfolio

Este curso llega a su fin, el verano ya está a la vuelta de la esquina y por ello me gustaría terminar recordando todo lo que hemos recorrid...