En primer lugar, comenzaron a explicarnos en lo que ellos y ellas creían. Por un lado, recalcaban la importancia de adquirir la robótica como un medio y no como un fin. nos hablaban de que muchos centros se ponían en contacto con la empresa por que disponían de material de robótica, sin embargo, no sabían cómo utilizarlo ni porqué utilizarlo. Es ahí cuando la empresa entraba en acción para darle un uso lógico a todo ese material.
Por otro lado, nos hablaron de tres pilares en los que se centraban, el desarrollo de habilidades, el trabajo en equipo y la comunicación. Unai, el que presentaba la charla, nos explicaba que se esfuerzan en educar a sus alumnos y alumnas de todas la edades para que desarrollaran habilidades. Hoy en día el mundo es completamente diferente a cómo era hace 50 o 70 años, por lo que seguramente lo es también del que será dentro de otros 50 o 70 años. Por esta razón, es muy importante entender que en la educación no tenemos que enseñar respuestas, sino enseñar a formular preguntas. Debemos dotar a los alumnos y alumnas de herramientas de las cuales puedan valerse en un futuro incierto. Recalcaba especialmente la importancia de la resolución de conflictos, y la respuesta ante los imprevistos, es decir, saber desbloquearse ante una situación inesperada. Además de esto, explicaba que hasta ahora no se le a dado importancia al trabajo en equipo. La educación ha sido algo muy competitivo, no obstante, actualmente la cosa ha cambiado y cada día se le da más importancia a este aspecto. Nos comunicaba que es una habilidad como cualquier otra, que se aprende y se adquiere por medio de trabajarlo y entrenarlo. Por último, y de forma trasversal, daban importancia a la comunicación. Mantener una buena comunicación entre todos es esencial para que cada uno demos lo mejor de nosotros.
Una vez que nos expusieron los contenidos de lo que creen y en lo que se basan en su educación, nos propusieron un reto. Nos dividieron en dos grupos, cada grupo tenia un lugar del aula donde teníamos un material. Se trataba de un panel blanco dividido en cuadrados, cuatro abejas robóticas situadas en cada esquina del panel, las cuales podíamos programar para que trazaran un recorrido, y unos obstáculos en forma de río.
El objetivo del reto era programar las cuatro abejas de forma que se pusieran en la esquina diagonal contraria. Solo podían pasar de una en una por el puente del río. No se podían chocar y tenían que llegar todas a la vez. Un miembro del grupo cumplió el papel de ser observador, esta persona no podía intervenir en el reto. Tenía otra función, que consistía en evaluar unos parámetros del trabajo en equipo durante toda la actividad. La actividad estaba orientada para llevarse a cabo en 20 minutos. Sin embargo, terminamos la actividad a los 50 minutos. Ninguno de los dos grupos había conseguido el reto.
El propósito del reto era hacernos conscientes de qué, generalmente, no sabemos trabajar en equipo de forma adecuada. Aunque en mi grupo hubiera comunicación y, sobre todo, respeto en todo momento. No hubo reparto de roles, ni control de tiempo en ningún momento. Además, de que todos los miembros del grupo no terminaron de entender la estrategia consensuada. Aunque se intentó que todos tuviéramos participación algunos destacamos más que otros.
En definitiva, el reto pasó a ser la excusa para la reflexión acerca del trabajo en grupo. Normalmente no estamos acostumbrados a hacerlo, pero eso no significa que no podamos aprender. El trabajo en equipo es una forma de trabajo que se entrena, se aprende y se mejora a base de hacerlo. Para ello es necesario adquirir habilidades como la cooperación, la participación, la respuesta ante la resolución de conflictos y la comunicación entre otros. Eso es algo que adquirimos, y por ello es tan importante que los niños y niñas lo adquieran.
Por otra parte, quisieron recalcar que el docente debía probar los juegos y juguetes que lleva al aula. Como he indicado anteriormente, para ellos el juego era el medio por el cual los niños y niñas aprenden. Y para que este sea funcional las profesoras y profesores deben cerciorarse de lo que se trabaja con el juego, de como se trabaja y de lo que supone el juego. La mejor forma es poniéndolo a prueba nosotros mismos, con lo que estoy completamente de acuerdo.
Para mí, resulta muy importante conocer a los alumnos y alumnas, saber qué les mueve y qué les motiva es primordial para saber responder a sus necesidades y curiosidades. Para que esas ganas por aprender no cesen es necesario que el docente sea creativo y personalice su práctica a sus alumnos lo máximo posible. Si vivimos lo que ellos viven, y tratamos de experimentar lo que les haremos experimentar el vínculo será mayor.
Por mi propia experiencia recuerdo lo que llama la atención que el profesor o profesora participe en la propia actividad que está llevando en el aula, sobre todo en etapas superiores. Resulta curioso y divertido ver al docente fuera de ese "rol" formal que adquieren. En mi colegio cada año se hacían convivencias, toda la clase íbamos a un lugar a pasar el día para trabajar y mejorar las relaciones del aula. Era un día muy bonito en el que muchos de nosotros nos abríamos y nos dejábamos conocer un poco más. En estas dinámicas, como describirse con tres adjetivos, o contar tu mejor recuerdo o reconocer los peores miedos, los tutores se mantenían al margen. Desde el otro lado, me parece desperdiciar una oportunidad. La oportunidad de fortalecer la unión con tus alumnos y alumnas. No podemos pedir que ellos y ellas se abran con nosotros si nosotros no lo hacemos con ellos.
En conclusión, tanto la experiencia del reto como la charla me parecieron muy motivadoras. A veces, la rutina de las clases teóricas y el estrés de trabajar bajo un organigrama tan rígido hace que los alumnos y alumnas nos apaguemos un poco, y actividades como estas fomentan que precisamente no pase eso. Ha sido un placer poder presenciarlo, y seguramente me vuelva a poner en contacto con la empresa para seguir compartiendo ideas y contenido.
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